viernes, 21 de mayo de 2010

LOS FANTASMAS DE BUENOS AIRES

Desde los comienzos de Buenos Aires, allá por el siglo XVIII, ha tenido una rica historia de misterio inexplicables, aún para los arqueólogos, historiadores y parapsicólogos.
La ciudad cambió notoriamente hacia 1776, cuando se transformó capital del nuevo Virreynato. Muchas historias se han tejido desde entonces y muchos lugares, barrios y mansiones han sobrevivido al paso del tiempo, dejando como legado grandes secretos, que aún son motivo de curiosidad para los habitantes de esta gran urbe.
Buenos Aires es como una enorme casa inabarcable, con rincones ocultos y secretos, que a veces se develan en parte y por situaciones fortuitas. Frecuentemente se habla de fantasmas y aparecidos y es entonces cuando los científicos`, estudiosos de lo paranormal, se afanan en echar luz sobre las inquietantes sombras.
Es el caso, por ejemplo, de algunas murmuraciones que obstinadamente se empeñan en asegurar que, cuando fué inaugurado el Teatro General San Martín, además de haberse "olvidado" de hacer la boletería, se descubrió que habitaba entre sus pasadizos secretos, un fantasma que, cuando no hay nadie en el lugar, solo el sereno, este aparecido enciende las luces y abre las puertas.
Se cuenta símismo que, este teatro, fué concebido en sus comienzos para templo masónico, de ahí sus medidas especiales y disposiciones que responden a razones matemáticas y complejas.
Y como toda ciudad que se respete, no faltan los túneles y Buenos Aires es abundante en ellos. Los más históricos son aquellos coloniales que pululan debajo del casco antiguo, o sea hoy, bajo la Manzana de las Luces, en el viejo barrio de Monserrat, cuyo destino original era para el tráfico de esclavos.
Y avanzando por el túnel de los misterios, por la calle Balcarce, existe todavía un local con tres grandes bóvedas, de las cuales se dice que por ellas se escucha llorar al fantasma de un tal Epifanio Lamas.Este personaje parece ser que era un santafesino que deseaba ambarcarse, vaya saber hacia adonde, y se escondió entre la mercadería que se hallaba en una de estas bóvedas. Por desgracia tuvo un accidente en el lugar y perdió el bergantín donde quería embarcar. Desde entonces se comenta que reside allí abajo, visible solo para el que lo quiere ver.
Un descubrimiento
A principios del siglo pasado se excavó en el antiguo edificio que se levanta en la esquina de Moreno y Perú y se descubrieron extrañas construcciones subterráneas. Allí se hallaron extrañas construcciones subterráneas y se encontraron diversos objetos, tales como un trozo de plato con el retrato de Napoléon, un bozal, dos cuernos, cucharas, tenedores y cuchillos de plata. Varias botellas, una cacerola de cobre, una espada, una bayoneta, una puerta rota con un cerrojo y otros objetos.
También se encontraron adheridos a una bayoneta, cabellos de color castaño. De acuerdo a los estudiosos los vincularon con los cabellos trenzados que el General Manuel Belgrano había hecho cortar, en noviembre de 1811, a los soldados del Regimiento de Patricios y que motivó el llamado "Motín de las trenzas".

Lamento y esclavos
Una de las leyendas urbanas más difundidas, es la que asegura que el edificio de la vieja Biblioteca Nacional, en Mexico al 500, donde hoy funciona la Dirección Nacional de Música, existen fantasmas esclavos.Se cuenta que en las noches, especialmente de tormenta, se escuchan claramente gemidos y ruidos extraños. También se dice que, la bóveda del Banco de la Nación, situado en Rivadavia y Reconquista, está repleta de almas.En ese lugar se levantó la primera iglesia de la Ciudad de Buenos Aires, que tenía, además, cun camposanto. Cuando esta iglesia fué trsladada a otro lugar, los cuerpos que estaban bajo tierra siguieron en el mismo sitio. Es así que se comenta que, sus almas quedaron sin descanso, las que merodean por las noches en el predio que ocupa el banco.
Otras apariciones inexplicables suceden en el Museo Fernandez Blanco. Uno de los museólogos que trabaja en el mismo desde hace 25 años, asegura haber sido protagonista en varias ocasiones, de apariciones extrañas.
Por ejemplo, en el verano de mediados del 90, se encontraba levantando el montaje de una muestra. Estaba en un salón del subsuelo, en el pabellón central, cuya puerta de doble hoja conduce a los amplios jardines. Según el museólogo, vió a través de la puerta, a una persona vestida de negro. Se acercó para ver quien era y cuando lo hizo desapareció en el aire.
En 1989, una bailarina de arte flamenco, comentó que mientras esperaba que volviera la luz que se había cortado, ella junto a una compañera, vieron un espcie de objeto muy grande, que brotaba de una bañera antigua que estaba en el fondo del jardín y se elevaba hasta llegar a la copa de los árboles más altos.Tenía consistencia de nube y era opaca.
De repente esa figura desapareció y reapareció instantaneamente del otro lado de las hileras de árboles.
Un perro guardían que se hallaba en el lugar, saltó ladrando con energía al ver esa figura, pero luego retornó a la casa muy asustado.
Como todas las grandes metròpolis estas historias no se encuentran en manuales, pero cuenta con cientos de autores anónimos que con sus leyendas construyen la identidad urbana, la tradición de una ciudad.

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