martes, 14 de abril de 2009

Una esperanza

En este lugar, junto al silencio,
pateando mi antigua soledad,
bajo el resplandor de la nostalgia,
observando al hombre de los puertos,
el rostro envejecido de los niños,
la mentira gigantesca
que devora la ciudad,
las manos destrozadas
en el rito cotidiano,
las sonrisas dibujadas
en el gesto de entrecasa.
En este lugar,
donde se refugia la niebla de lo incierto,
donde los diarios vomitan
sus deformes noticias,
donde el cansancio se revela
y dice basta,
donde la trasmutación del tiempo
nos recobra y aniquila.
En este lugar,
donde se consume y se trafica
en oficinas y fábricas,
donde se repite de memoria
la mueca de asombro,
admiración o desprecio,
donde pasa una vieja pidiendo limosna
y no se encuentra la salida
para la gran salida.
En este lugar,
de adoquines sucios
y palabras que no sirven
encuentro tirada en la vereda
y mojada por la lluvia,
una esperanza pequeñita
envuelta en un pañuelo.

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