Nosotros, los poetas,
tenemos el poder de los sueños.
Es posible, por ejemplo;
que de un golpe de palabras
vos y yo
nos encontremos en París,
en un viejo suburbio
o en un barco
de azul mediterráneo,
rodeado de gaviotas
con tus ojos demorando el día.
No, no digas nada,
costumbre de poetas
navegar por la noche de la fantasía
y meterse el infierno en el bolsillo.
sábado, 13 de septiembre de 2008
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