
Siempre me gustaron los personajes clasicos de nuestra ciudad, en este caso, los que manejan los mateos en Palermo.Hoy los mateos solo tienen dos paradas:Sarmiento, en su cruce con Avenida Libertador y en Las Heras, frente al Jardìn Zoològico.
Una tarde me dirigì hacia este ùltimo sitio y sentì curiosidad por saber algunas cosas de estos històricos coches. "Apenas quedamos doce "-dice Antonio Palumbo, subido a su coqueto coche negro con filigramas, tirado por su noble caballo blanco.
"Este es un oficio que heredè de mi padre y de mi tìo, cuando los acompañaba siendo yo un pibe de 12 años. Ya tengo 55, asi que se puede decir que estuve sentado frente al pescante toda una vida. Los que màs toman viaje son chicos con sus abuelos, jòvenes con sus parejas o turistas que quieren conocer el Rosedal o los lagos subidos al mateo. No es lo mismo pasear en automòvil que en un mateo, ya que con nosotros se disfruta màs, porque vamos tranquilos, lentamente, al trotecito, para que puedan observar bien el paisaje".
En otras èpocas, en la dècada del 65, habìan 40 coches de plaza y las paradas eran las estaciones de Retiro, Constituciòn y Plaza Miserere. Se usaban como coches de alquiler para transportar mercaderìas. Despuès de la prohibiciòn de circular coches a tracciòn a sangre, los mateos estaban circunscriptos solo en la zona del Zoològico como un tradicional paseo por la zona.
Parece ser que los mateos tienen origen francès. Los que quedan en este momento son del año 1920 y reconstruìdos. Tambièn se les denomina landò, calesa, victoria, carroza, cupè, fiacre, cabriolè etc.Dicen que algunos eran modelos traìdos de Roma, Madrid y Londres.
Los mateos inspiraron varios tangos. Uno de ellos fuè precisamente titulado "Mateo", de Enrique Lomuto, luego surgieron otros como "Viejo cochero" de Horacio Sanguinetti.
Hoy este coche de plaza es un recuerdo del pasado que no se quiere extinguir, pese a los cambios en el tiempo y los autòmoviles que zumban a su lado como bòlidos, sigue trotando por la acera del sol, con alguien que lo embarga la nostalgia.
Una tarde me dirigì hacia este ùltimo sitio y sentì curiosidad por saber algunas cosas de estos històricos coches. "Apenas quedamos doce "-dice Antonio Palumbo, subido a su coqueto coche negro con filigramas, tirado por su noble caballo blanco.
"Este es un oficio que heredè de mi padre y de mi tìo, cuando los acompañaba siendo yo un pibe de 12 años. Ya tengo 55, asi que se puede decir que estuve sentado frente al pescante toda una vida. Los que màs toman viaje son chicos con sus abuelos, jòvenes con sus parejas o turistas que quieren conocer el Rosedal o los lagos subidos al mateo. No es lo mismo pasear en automòvil que en un mateo, ya que con nosotros se disfruta màs, porque vamos tranquilos, lentamente, al trotecito, para que puedan observar bien el paisaje".
En otras èpocas, en la dècada del 65, habìan 40 coches de plaza y las paradas eran las estaciones de Retiro, Constituciòn y Plaza Miserere. Se usaban como coches de alquiler para transportar mercaderìas. Despuès de la prohibiciòn de circular coches a tracciòn a sangre, los mateos estaban circunscriptos solo en la zona del Zoològico como un tradicional paseo por la zona.
Parece ser que los mateos tienen origen francès. Los que quedan en este momento son del año 1920 y reconstruìdos. Tambièn se les denomina landò, calesa, victoria, carroza, cupè, fiacre, cabriolè etc.Dicen que algunos eran modelos traìdos de Roma, Madrid y Londres.
Los mateos inspiraron varios tangos. Uno de ellos fuè precisamente titulado "Mateo", de Enrique Lomuto, luego surgieron otros como "Viejo cochero" de Horacio Sanguinetti.
Hoy este coche de plaza es un recuerdo del pasado que no se quiere extinguir, pese a los cambios en el tiempo y los autòmoviles que zumban a su lado como bòlidos, sigue trotando por la acera del sol, con alguien que lo embarga la nostalgia.
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