
Los domingos,
esos domingos redondos y brillantes
como una moneda pulida
cabían en el patio grande de mi casa,
en la plaza
y en el cine de mi barrio.
Amaba los domingos buscavidas
y la sinfonía de colores
en la vieja calecita
con su música gastada
y cuando en las noches de verano
miraba desde la ventana las estrellas
como fantasmas de plata,
soñaba con hacer un viaje lejos,
muy lejos,
hasta tocar el alba.
Ya desde entonces quería somarme al mundo
y ver crecer la vida
desde la puerta de mi casa.
Me gustaba ver a los blancos albañiles
levantando paredes con sus manos
y a los carpinteros armar
los grandes esqueletos de los barcos.
Mi padre era herrero
y en la siesta lo espiaba
junto a su sonoro yunque
moldear el hierro
con sus manos cansadas.
Los domingos blancos de mi niñez
y de mi tumultuosa adolescencia.
Esos días cómplices que se estiraban hacia los grillos y las auroras.
Esos domingos ya nunca volverán,
pero quedarán vivos en la persistente
memoria del tiempo,
en la dulce cadencia de la siesta.
esos domingos redondos y brillantes
como una moneda pulida
cabían en el patio grande de mi casa,
en la plaza
y en el cine de mi barrio.
Amaba los domingos buscavidas
y la sinfonía de colores
en la vieja calecita
con su música gastada
y cuando en las noches de verano
miraba desde la ventana las estrellas
como fantasmas de plata,
soñaba con hacer un viaje lejos,
muy lejos,
hasta tocar el alba.
Ya desde entonces quería somarme al mundo
y ver crecer la vida
desde la puerta de mi casa.
Me gustaba ver a los blancos albañiles
levantando paredes con sus manos
y a los carpinteros armar
los grandes esqueletos de los barcos.
Mi padre era herrero
y en la siesta lo espiaba
junto a su sonoro yunque
moldear el hierro
con sus manos cansadas.
Los domingos blancos de mi niñez
y de mi tumultuosa adolescencia.
Esos días cómplices que se estiraban hacia los grillos y las auroras.
Esos domingos ya nunca volverán,
pero quedarán vivos en la persistente
memoria del tiempo,
en la dulce cadencia de la siesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario