
A veces me invento olvidos
para pelearle al tiempo
y es cuando salgo a la calle
en un carnaval de versos.
Sucede que hay boliches
donde se duermen recuerdos,
ocurre y no sin saberlo,
que se anda pateando la vida
de tanto llevarla
colgada al pecho.
Acaso por eso de ir sin medida
ocupando zapatos y espejos viejos
es que voy llorando
por el sabor de unos besos.
Serán esas cosas inexplicables
como esto de rimar versos,
o porque no hay torneos
para ver quien se muere primero.
No sé,
hoy me vino con trampa el bolígrafo.
Si querés reíte y contagiame,
haceme vagabunda de tus calles,
llevame de la mano
a la fantasía de tus noches
o cambiame por un organito
en la tienda de novedades.
Es que tengo ganas de amar ¿sabés?
pero a lo Piazzolla,
con traje de astronauta
y nilos bailando,
con mi cuerpo libre
y desnudo en tus manos.
Así quiero amar,
aunque no sepa nada de tango.